La jornada se llamó "GoleArte" y como invitado principal los visitó el ex futbolista profesional y hoy periodista deportivo y escritor César Carignano. 

Pero antes de que él presentará su nuevo y segundo libro "Gol Entra", alumnos sanmartinianos dejaron a todos nuevamente sorprendidos con una presentación a pura música y color, desde la calle misma, para luego acercan a los visitantes a una mini obra de teatro que todos aplaudieron de pie.

Acto seguido, y como lo adelantamos, Carignano habló de su "segundo hijo" un nuevo cuento de fútbol y vida para chicos. 

Como algunos sabrán, este actual escritor suele dar charlas abiertas a jovenes apasionados o no por la lectura, en Pilar se siente muy cómodo también por su paso como jugador en el 2016, año donde además se retiró del fútbol y como campeón de liga Esperancina. Y asíe lo expresó en su red social

El fútbol puede ser muchas cosas y puede representarse de mil maneras: en una cancha, en una tribuna, en una plaza, en un patio, en una bar o donde cada quien lo imagine.
Sin embargo, hay escenarios que lo llevan a otro lugar, que permiten enfocar la pasión desde otros ángulos. Por ejemplo, el teatro. El teatro y la escuela, en verdad.
Pilar en un pueblo santafesino que me abrió las puertas cuando el fútbol jugado me dejaba atrás y cuando el fútbol escrito aparecía en mi vida. 
Esta semana, llevando a mi segunda cría literaria, Gol Entra, viví un momento único.
El fútbol no es practicado por todos ni amado sin excepción, sin embargo nadie desconoce qué es y cómo se juega, por eso es un vehículo ilimitado y un gran socializador de la palabra que lo gobierna: la pasión.
Por ella y desde ella, el Colegio San Martín realizó una propuesta llamada GoleArte. Sí, gol y arte, de la mano.
Allí hubo espacio para la actuación; para recitar a Eduardo Sacheri, el astro contemporáneo de la palabra y la pelota;  para citar a Pablo Sandoval (o Guillermo Francella en El Secreto de sus ojos) con su alocución sobre qué es lo único que un ser humano no puede cambiar en su vida; para las mujeres que ya son parte activa y viviente de este juego; y para demostrar que la pasión es un estímulo para hacer más que la justificación de la intolerancia, porque de eso hablamos también, cuando Gol Entra tuvo su lugar.
Fue emotivo, maravilloso y amplio. 
Nos dejó la sensación que desde la pasión se puede construir sin límites, mientras haya respeto.
Nos dejó la certeza de que la cancha es más grande que antes… y que en ella caben los que lo juegan, los que lo escriben, los que lo actúan, los que lo cantan, los que lo miran, los centros educativos, las mujeres y los varones. 
Enorme paso adelante, feliz de haber sido parte.