LOS PRIMEROS MAESTROS EN LA COLONIA PILAR Y EL MISTERIO DEL PRIMER NOMBRE

La historia educativa de la colonia Pilar está envuelta en el esfuerzo de aquellos que buscaban brindar instrucción en una comunidad en crecimiento. Si hablamos de docencia, justo hoy, un día del maestro, sin lugar a dudas se nos viene a la cabeza Don Máximo Manetti, quien a sus jóvenes 16 años fundó su propio colegio pupilo, uno de los mas grandes de la región por aquel entonces.

Aunque un par de décadas antes, los primeros colonos ya movieron sus hilos para que sus hijos tengan la educación que merecían.

No se conoce con certeza quién fue el primer maestro de la colonia, documentos y correspondencias de la época nos ofrecen pistas valiosas sobre los inicios de la educación en la región.

Postal de Don Máximo Manetti, estandarte de la educación en nuestra localidad y región desde finales de Siglo XIX.

Según la Revista EL CAMPO de 1926, una carta publicada en el semanario "El Colono del Oeste" el 23 de junio de 1878, firmada por el Juez de Paz de Pilar, César Costa, menciona la intención de establecer una escuela pública debido a la creciente demanda, con 150 niños en condiciones de asistir. La carta revela los primeros esfuerzos por formalizar la educación en la colonia, con Costa buscando el apoyo del Gobierno Provincial para construir un edificio público con tal fin.

Sin embargo, ya para 1877, existía una escuela privada financiada por los colonos. Según el informante del semanario regional, esta escuela, promovida por el señor Pfeiffer (vecino que luego sucedió a Costa), funcionaba con regularidad, lo que sugiere que las primeras iniciativas educativas en Pilar provenían de la misma comunidad.

El enigma sobre el nombre del primer maestro podría estar relacionado con este mismo informante, identificado solo como J.S., quien defendía con entusiasmo el proyecto educativo y mostraba un conocimiento profundo del mismo. En una carta al diario este señor expresa su enojo por la falta de apoyo de las autoridades provinciales: "No hay que hacer mayormente caso a los "escribas" (sic. hipócritas). cuando se trata de ataques, porque a lo mejor se apasionan un poco y no ven lo que debieran ver..."

No sería sorprendente que este defensor fuera el primer maestro de la colonia, aunque su identidad exacta permanece sin confirmarse.

Otro hito importante se dio el 22 de agosto de 1879, cuando durante la inauguración de la capilla local, el escribano público de Esperanza, Juan Tendero, destacó la urgente necesidad de una escuela pública. Ese mismo año, el Ministro de Gobierno, Dr. Reyna, cumplió su promesa de apoyo, nombrando como preceptor a Eduardo García, considerado el primer maestro oficial de la colonia.

Hacia 1884, el maestro brasileño Antonio Porcel de Peralta se destacó como educador y miembro del recién fundado Club Cosmopolita a la que asistían de manera particular o privada solo los hijos de sus socios. Mientras que algo similar pasaba por 1891, cuando el Padre Raffaelli fundó un colegio particular, con su sobrino "Miquelino" como maestro (entendemos que en la iglesia).

También existieron otras iniciativas privadas, como la escuela dirigida por Petrona Escheden en su domicilio y la "Escuela Italiana", fundada por D. Medici, que impartía clases en castellano e italiano en la por entonces Sociedad de Socorros Mutuos .

Estos esfuerzos, tanto públicos como privados, sentaron las bases de la instrucción en la colonia Pilar, una comunidad que luchaba por superar las dificultades de la época para garantizar la educación de sus niños.

El misterio de quién fue el primer maestro de Pilar persiste, pero lo que es claro es que el compromiso con la educación fue una constante desde los inicios de la colonia.