"Esta joven ha ejercido, con plena conciencia, su libertad sexual. "

El abogado santafesino Marcos Barceló puso a disposición a través de sus redes sociales un prólogo de lo que será el lunes 25 de septiembre su alegato de clausura a días del veredicto quedará el tribunal encabezado por la jueza Cristina fortunato en relación a la causa por abuso sexual en la que están imputados 10 jóvenes de la localidad de Pilar. 

Lo compartimos con ustedes, nuestros seguidores:

"Tal vez, esta sea la primera vez en la historia del proceso penal, que un abogado defensor, exponga públicamente parte de su alegato, antes de hacerlo en juicio. " comenzó el comunicado.

En la foto lo podemos ver al doctor Barceló con la madre de uno de los acusados, el cual tiene un certificado de retraso mental y pudo esperar los últimos días del caso con prisión domiciliaria gracias a su accionar.

"Y por qué hago esto? Primero porque soy libre de hacerlo, y no violento ninguna norma con ello. 

Segundo, porque el Juicio es ORAL Y PUBLICO, y me interesa que la comunidad esté al tanto de todo lo que allí acontece. 

Tercero, porque somos seis defensas, y tenemos un tiempo muy acotado para exponer, y al igual que sucedió con los alegatos de apertura, todo es muy vertiginoso, y se pierde parte sustancial de cada exposición. 

Cuarto, porque me interesa la opinión de la comunidad. 

Siéntase libre de comentarme lo que le venga en mente, si está a favor de la postura fiscal o de la defensa, siempre con respeto y educación."

Mil Gracias. 

PROLOGO (Presentacion) DEL ALEGATO DE CLAUSURA DE ESTA DEFENSA. 

POR QUE NOS CUESTA TANTO COMO SOCIEDAD, VER LO QUE AQUÍ SUCEDIÓ EN REALIDAD?

Y la única respuesta que encuentro, es que no estamos preparados, como sociedad, para asimilar esta realidad. 

Nunca la vivimos, y nos cuesta ENTENDER. 

Somos una sociedad pacata y conservadora, adolescente aún, que prefiere no ver lo obvio, que una adolescente de 16 años, tomó la libre decisión de mantener relaciones sexuales con once o doce hombres, y que ello es absolutamente irreprochable desde el punto de vista legal y ético.

Su juzgamiento, solo le concierne a la conciencia de los involucrados y nada más.  

Nada tienen que hacer allí el estado, a través de sus organismos de investigación y juzgamiento, ni el resto de los ciudadanos. 

Frente a este hecho, para el que no estamos preparados, que concierne a la libertad sexual, que han ido ganando las personas y los jóvenes en particular, solemos caer en prejuzgamientos que tienen que ver con cuestionar la moralidad de la mujer, o bien, considerar que solo lo podría haber hecho, bajo circunstancias en las cuales no podía discernir sobre sus actos y en consecuencia, fue obligada. 

Son los dos extremos, bien marcados, que aquí se encuentran presentes, en que nos posicionamos como sociedad, o cuestionar la moralidad de la joven, que también tiene un peso social importante, y es lo que hace que esta joven, haya caido tal vez, en esta única salida (la denuncia), ante la exposición pública, o bien pensar que solo pudo haber pasado si la drogaron.

Pero de alguna manera, nos vemos impedidos de percibir una realidad que se cae de madura, y es que esta joven ha ejercido, con plena conciencia, su libertad sexual. 

Es difícil dimensionar, quien tiene el mayor problema aquí, si estos jóvenes que ejercieron su libertad sexual, o bien, la tribuna que conformamos el resto, tratando de dimensionar lo allí ocurrido, a través del prisma de nuestros propios prejuicios. 

Y es que nos encontramos con un clásico de estos tiempos tan extraños, que nos toca en suerte, vivir. 

Jóvenes supuestamente empoderados, que toman decisiones complejas, sobre el uso y abuso de su propio cuerpo, y que tal vez no están preparados, para asumir la responsabilidad de sus actos. 

Y es que si bien se ha avanzado mucho, en esto de la libertad sexual, y en la posibilidad de hombres y mujeres, incluso adolescentes, de decidir sin prejuicios, y con mucho más libertad qué tipos de relaciones tener, ello es muy difícil de sostener después, sobre todo a lo mejor perteneciendo a familias más conservadoras de una comunidad muy pequeña, o en un ámbito familiar en donde esa situación no es tan bien aceptada.- 

TENER Y SOSTENER, no es lo mismo. 

Y que esa contradicción que viven muchos jóvenes y adolescentes, entre la posibilidad de vivir una vida sexual deshinibida y sin límites, y después tener que dar cuenta, o enfrentar un entorno familiar que puede recriminar esas conductas, pone a los jóvenes en esa disyuntiva de a veces no poder asumir, dentro de su grupo familiar, o dentro de su núcleo de adultos responsables, las decisiones que han tomado.

Y que este caso, es claramente, una manifestación de esto, de una joven que de alguna manera se sintió empoderada, para poder vivir ese tipo de experiencias, que ya había vivenciado en varias oportunidades, y que luego, sintiéndose puesta en evidencia y juzgada (y traicionada por alguno de sus amigos, bueno es recordarlo), en su propio núcleo familiar, y en su comunidad, no lo pudo sostener.

En ese momento de sentirse puesta en evidencia, nada mas y nada menos, que ante su principal figura sustentadora, su madre, aparecieron emociones muy difíciles de describir, la culpa, la vergüenza, el arrepentimiento, la furia, el ánimo de venganza ante la traición de la ruptura del pacto de silencio. 

La ruptura del pacto de silencio, que ella misma impuso, con firmeza inclaudicable, aquella noche, fue roto por uno de ellos, y ello desató la furia, y el ánimo de venganza se esta joven. 

Pocas dudas caben de esto, luego del debate oral. 

Y la única forma de reivindicación, que encontraron, tanto madre como hija, fue… LA DENUNCIA.  

Y claro está, luego ya en el ámbito judicial, es imperioso armar todo el andamiaje jurídico, todo la ingeniería procesal, para poder llevar adelante esta aventura jurídica, de probar, lo que nunca sucedió. 

Y veremos desfilar psicólogas, poco preparadas, sesgadas por sus propios prejuicios y valores, que no pueden identificar científicamente, si los signos de angustia y trauma, provienen del hecho denunciado, o de la magnitud de la exposición y juzgamiento, a la que la denunciante se enfrentó cuando el hecho tomó dimensión pública.

Pocas dudas caben, que esta joven se enfrentó a una situación harto traumática, pero no por el supuesto e inexistente abuso sexual, sino producida por la exposición de un acto que ella, pretendió guardar en la intimidad de un grupo, y se sintió defraudada, traicionada, por los propios que debían cuidar su intimidad. 

Fiscales especialistas en delitos sexuales, cuyo trabajo se ha ido desplazando, de la investigación objetiva, hacia la construcción del escenario para la futura condena, desechando líneas de investigación, con profusa evidencia exculpatoria. 

Periodistas, más sesgados aún, sin el menor escrúpulo de acusar y condenar, previamente a la acción de la justicia, sobre todo en aquellos hechos vinculados con delitos sexuales, desde una pretendida y mal interpretada perspectiva de género.-

Pero NADA será suficiente, para convencerlas de lo contrario. 

Y es que ya no es necesaria, la VERDAD de los hechos, ni las OBJETIVAS EVIDENCIAS exculpatorias, ante el discurso vindictivo, de esta pretensa víctima… ME DROGARON Y ME VIOLARON.