¿Cómo saber si mi hijo hace bullying?

Identificar si nuestro hijo es un acosador es determinante para poder frenarlo a tiempo y evitar que se convierta en maltratador en el futuro.

HOGAR, TENDENCIAS Y SALUD08/11/2019

Gnota_43261-500x331

¿Cómo saber si mi hijo ejerce el acoso o bullying?
El acoso escolar está cada vez más presente en las escuelas y resulta difícil detectar a tiempo. Conocemos el perfil de las personas víctimas de acoso: muy calladas, tímidas, con fuerte inseguridades y problemas en casa. Pero, ¿cómo es el perfil psicológico de la otra parte?

Sé que mi hijo hace bullying por su perfil psicológico
Para saber si mi hijo ejerce el bullying, primeramente debo aprender a distinguir las características de un acosador. Si veo que mi hijo se identifica con la mayoría de esas características, entonces es el momento de acudir a un profesional.

Le gusta sentirse superior a los demás
Si le gusta sentirse superior e, incluso, intenta dominar a niños con baja autoestima y susceptibles a ser manipulados, quizás estemos ante un acosador. Esto no excluye que tenga hijo tenga una autoestima baja. Puede ser el caso y disimularla alardeando de superioridad con aquellos que son más débiles que él.

También, podemos intuir este tipo de problema en casa. Si, en ocasiones, nuestro hijo nos da órdenes o intenta tomar el mando sin darse cuenta de ello, tenemos que estar alerta. De igual manera, debemos estar atentos y no pasar por alto el hecho de que crea que su opinión es la única válida.

Es muy impulsivo, reacciona sin control
Esto puede manifestarse, principalmente, cuando alguien les señala un error o algo que no está bien, pero él considera que sí. Los niños que practican el bullying tienden a no tolerar muy bien la frustración. Por eso, reaccionan de esa forma tan violenta. También, ocurre lo mismo cuando se intenta dialogar con ellos o hacerles entender que su verdad no es la única aceptable.

Como mencionamos antes, a veces podemos detectar estas señales en el hogar. El niño que intenta manipular a los demás puede que se le escape intentar hacer lo mismo en casa. Por eso, hay que estar alertas y no dejar pasar ningún chantaje ni intento de manipulación por parte de nuestro hijo.

Pero, ¿por qué utilizaría el chantaje o la manipulación con sus víctimas? Para infundirles miedo y crecerse aún más, sintiéndose poderoso y por encima de los demás. De hecho, esto les priva de la perspectiva necesaria para hacerse responsable de sus propios errores. La culpa siempre la tendrán los demás, pero nunca él.

No son cosas de niños; no las pasemos por alto
Muchos casos de bullying no se detectan a tiempo ni salen a la luz porque se consideran “cosas de niños”. No obstante, ningún tipo de violencia hacia otro ser humano está justificada aunque quien la ejerza sea un menor. Tenemos que tener esto claro para poder discernir cuándo un juego ha dejado de serlo.

Son muchos los niños y niñas que se han quitado la vida por no saber lidiar con situaciones que se escapaban de sus manos. Son demasiado inocentes, demasiado pequeños. Aún se están iniciando en el juego de la vida y no poseen las herramientas necesarias para poder defenderse. No pasemos por alto chantajes, ni alardes de superioridad que indiquen que nuestro hijo es un abusador con los de su edad.

Es nuestra responsabilidad conocer el perfil psicológico del acosador para determinar si se corresponde con el de nuestros hijos y ponerle freno. Si detenemos esta conducta y  la reconducimos, nuestros hijos terminarán perfeccionando sus técnicas y se convertirán en mejores acosadores en su vida adulta.



Te puede interesar
Lo más visto