Las caries en los niños, un serio problema de salud pública

Es la enfermedad no transmisible más frecuente en la infancia. En Argentina, afecta al menos a uno de cada tres chicos de 5 o 6 años.

HOGAR, TENDENCIAS Y SALUD 19/04/2023 Editorial Editorial

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Cuando se habla de enfermedades no transmisibles (ENT), se suele asociar este concepto a enfermedades que tienen una alta carga en la mortalidad como el cáncer, la diabetes y las patologías cardiovasculares. Sin embargo, hay otra ENT mundial, totalmente prevenible, que también tiene “gran importancia médica, social y económica”, como la describe la Organización Mundial de la Salud: son las caries en la primera infancia.

Es la enfermedad no transmisible más frecuente en la niñez. Afecta los dientes de los menores de seis años y, según datos del Estudio de la Carga Global de las Enfermedades, alcanza a más de 530 millones de niños en todo el mundo. En Argentina, se estima que la sufren entre el 35% y 65% de los nenes y nenas de 5 o 6 años: esto es, al menos uno de cada tres tiene caries en sus dientes de leche.

Los dientes de leche
Los primeros dientes comienzan a salir a los seis meses de edad. La dentición primaria, de 20 dientes, se completa alrededor de los 30 meses. Como naturalmente estos dientes se caen con el crecimiento para dar lugar a las piezas definitivas, al problema de las caries en los dientes de leche hasta ahora no se le otorgó la importancia que tiene.

Recientemente, la OMS impulsó un manual para poner fin a las caries en la infancia, en el que realiza una serie de recomendaciones para los distintos actores del sistema sanitario y social. En el documento, realiza una advertencia importante: las caries están creciendo en los niños menores de seis años y tienen una relación directa con la adquisición a edad temprana de factores de riesgo de otras enfermedades no transmisibles, como la ingesta elevada de azúcar, que está estrechamente vinculada con la obesidad.

En cuanto al problema de las caries en sí, pueden generar infecciones, dolor, abscesos e inclusive septicemia. Esto, a su vez, se vincula con otras complicaciones, porque le traen al niño dificultades para comer y para dormir. Además, la OMS señala que la caries dental grave está asociada con un mayor riesgo de retraso del crecimiento.

Como en toda enfermedad no transmisible, los factores de riesgo de las caries en la primera infancia son modificables y, obviamente, la responsabilidad de hacerlo recae en los adultos. Son fundamentales la elección de los alimentos y bebidas que recibe el bebé y el niño, así como inculcarle desde pequeño los correctos hábitos de higiene bucal y realizar los controles bucodentales periódicos.

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Por qué se producen las caries
Las caries se producen porque los ácidos generados por la bacteria de la placa se acumulan en la superficie del diente, produciendo pérdida del esmalte y de la dentina, generando cavidades en la pieza.

Las propias características del diente y de las bacterias de la boca, la saliva, el nivel de fluoruro y, muy importante, la cantidad de azúcar que se ingiere influyen en agudizar este proceso que se vincula con el metabolismo bacteriano de los azúcares de la dieta.

Las primeras fases suelen ser asintomáticas, pero a medida que la caries progresa puede producir dolor, infecciones y accesos, obligando en muchos casos a extraer el diente bajo anestesia.
 
Cómo prevenir las caries en la primera infancia
La detección precoz es clave. La Sociedad Argentina de Pediatría recomienda realizar la primera visita con un odontopediatra cuando aparece el primer diente de leche y continuar las consultas periódicamente, ya que el dentista puede sellar las caries incipientes para evitar su avance.

Pero, también, hay otros hábitos que los padres deben adoptar para minimizar el riesgo de desarrollar caries:

Promover la lactancia materna exclusiva hasta los seis meses y la continuación hasta los dos años. La leche materna no sólo contiene menos lactosa que las leches de fórmula, sino que también aporta más elementos protectores como el calcio y el fósforo. Y amamantar contribuye al normal desarrollo del maxilar.
Evitar la ingesta de alimentos y bebidas con azúcar agregada, que no deberían representar más del 5% de la ingesta energética diaria. No agregar azúcar ni miel a las bebidas, y prestar atención a los jarabes, jugos de fruta y concentrados de fruta.
No colocar azúcar, ni miel en los chupetes o en la tetina de la mamadera.
Mantener una dieta saludable desde pequeños, ofreciéndole al niño cereales, legumbres, verduras, frutas y proteínas de origen animal. 
Limpiar los dientes del bebé con una gasa después de cada comida.
Enseñarle al niño a cepillarse los dientes después de cada comida, al levantarse y al acostarse. El correcto cepillado debe hacerse por todas las caras del diente.
La OMS también recomienda el uso del fluoruro para prevenir la caries dental. Esto puede hacerse de dos maneras: a través de la fluoración del agua potable o a través de las aplicaciones tópicas. En este caso, cepillarse los dientes dos veces al día con un dentífrico fluorado es la medida más eficaz para prevenir la caries en la primera infancia.


Fuente: Organización Mundial de la Salud, Sociedad Argentina de Pediatría



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