El rey Juan Carlos abandonó España envuelto en escándalos y sospechas de corrupción

El rey emérito envió una comunicación a su hijo Felipe VI. Allí expresó que ante ciertos acontecimientos pasados de mi vida privada, deseo manifestarte mi más absoluta disponibilidad para contribuir a facilitar el ejercicio de tus funciones.

INTERNACIONALES04/08/2020

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El rey se va. Juan Carlos I de Borbón, rey de España en funciones durante 39 años y emérito desde 2014, cuando cedió el trono a su hijo Felipe, le anunció este lunes en una carta que decidió abandonar España “ante la repercusión pública que están generando ciertos acontecimientos pasados de mi vida privada”.

Perseguido por las investigaciones que no reconocen abolengo alguno sobre cuentas con fondos turbios y agobiado tal vez hasta por sus propios fantasmas, el rey emérito, de 82 años, le explicó a su hijo en un comunicado de la Casa Real que se aleja de reino “para contribuir a facilitar el ejercicio de tus funciones, desde la tranquilidad y el sosiego que requiere tu alta responsabilidad”.

Vaya paradoja. Ni el intento independentista de los catalanes ni las críticas al gobierno por la gestión de la pandemia le complicaron el reinado a Felipe VI tanto como las presuntas tramoyas de su padre.

Aunque aún se desconoce cuál será el destino de su retiro voluntario, los “ciertos acontecimientos” que Juan Carlos menciona en su carta parecen ser tan creativos como insalvables.

Entre ellos, los millones de euros que habría recibido en 2008 del rey de Arabia Saudita por haber conseguido un descuento de la empresa española que ganó la licitación para la construcción del tren de alta velocidad entre Medina y La Meca, en Arabia.

O la creación de la fundación panameña Lucum detrás de la cual habría camuflado el dinero y cuyo beneficiario era su hijo, el actual rey de España.

Puede que se esté refiriendo también a los 65 millones de euros que transfirió desde su cuenta suiza a otra, en Bahamas, a nombre de Corinna Larsen, “una amiga entrañable” del monarca, como ella misma se define.

Tan entrañable fue Corinna en la vida y las fantasías de Juan Carlos -casado desde 1962 con Sofía, la hija mayor de los reyes de Grecia- que estuvo con él en Botwana cazando elefantes cuando el rey trastabilló y se quebró la cadera, en 2012. Desde entonces, Juan Carlos I de Borbón no para de trastabillar.

“Pienso que me ofreció ese dinero por gratitud y por amor”, dijo Corinna para justificar la jugosa transferencia en su cuenta.

La Fiscalía del Tribunal Supremo lleva adelante desde hace dos meses una investigación sobre posibles delitos económicos para analizar si el rey emérito blanqueó dinero ilegal y si evadió al fisco.

La Justicia puede hacerlo porque al dejar el trono, en 2014, Juan Carlos perdió la corona y la inviolabilidad para ser investigado, aunque sólo por posibles delitos cometidos desde que dejó de ser el jefe del Estado español y se convirtió en “emérito”.

El rumor según el cual Juan Carlos se alejaría del palacio para no seguir embarrando el reinado de su hijo circula desde hace semanas. Las que llevó acordar las condiciones de su salida.

Por deseo del hombre que reinó España entre 1975 y 2014, fue él quien dio a conocer la decisión de su inminente ostracismo. Trascendió, además, que se niega a perder el título de rey vitalicio que obtuvo por un real decreto publicado por el Boletín Oficial del Estado el 13 de junio de 2014.

“Hace un año te expresé mi voluntad y deseo de dejar de desarrollar actividades institucionales. Ahora, guiado por el convencimiento de prestar el mejor servicio a los españoles, a sus instituciones y a ti como rey, te comunico mi meditada decisión de trasladarme, en estos momentos, fuera de España -dice la carta de Juan Carlos-. Una decisión que tomo con profundo sentimiento, pero con gran serenidad.”

La misma que no tiene el rey Felipe VI desde que tuvo que improvisar una renuncia a la herencia de su padre en cuanto el diario británico The Telegraph publicó que figuraba como beneficiario de la fundación fantasma que Juan Carlos inventó en Panamá.

De inmediato y aunque no tenga efectos legales mientras viva su padre, Felipe VI anunció que renunciaba a la herencia de Juan Carlos. Y “a cualquier activo, inversión o estructura financiera cuyo origen, características o finalidad puedan no estar en consonancia con la legalidad o con los criterios de rectitud e integridad que rigen su actividad institucional y privada y que deben informar la actividad de la Corona”, decía el comunicado de la Casa Real al que se sumaba otro anuncio: el rey avisaba también que le retiraba a su padre los 200 mil euros de asignación anual.

“Estamos siendo testigos de informaciones que son perturbadoras para millones de españoles, yo incluido. Hay una Casa Real que claramente se está distanciando de esas supuestas practicas reprobables”, dijo hace semanas el presidente del gobierno, Pedro Sánchez elogiando la renuncia de Felipe VI a la herencia de su padre, aunque semejante gesto de desprendimiento sea sólo un golpe de efectos especiales.

El autoexilio del monarca emérito, sin embargo, no lo libra de tener que presentarse cada vez que la Fiscalía lo crea conveniente. Su abogado, Javier Sánchez-Junco, aclaró este lunes que Juan Carlos cumplirá con los trámites judiciales que le soliciten.

“He sido rey de España durante casi cuarenta años y, durante todos ellos, siempre he querido lo mejor para España y para la Corona -termina la carta de Juan Carlos a Felipe VI.. Con el cariño y afecto de siempre, tu padre.” La Casa Real se ocupó de vociferar que el rey le hizo llegar a su padre “su sentido respeto y agradecimiento ante su decisión”.

Con Juan Carlos lejos del Palacio de la Zarzuela, tal vez terminen los dolores de cabeza para Felipe VI.



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