¿Es peligroso automedicarse con ivermectina?

Aunque ni la OMS ni el Ministerio de Salud de Argentina autoriza este fármaco, en este momento es uno de los más vendidos en farmacias y veterinarias de todo el país. Según la Sociedad Argentina de Infectología puede ser un riesgo para quienes deciden tomarlo sin supervisión médica.

NACIONALES24/11/2020

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En veterinaria, la ivermectina es un viejo aliado. Con más de treinta años en el mercado, el fármaco ha sido muy exitoso para desparasitar diversas especies de animales e incluso para deshacerse de algunos gusanos parásitos en seres humanos con mínimos riesgos.

Además, ha habido experimentos in vitro que muestran su capacidad para inhibir la replicación de virus como los del VIH, dengue, la influenza o la fiebre amarilla. Lo cual, sumado a su disponibilidad y precio accesible, le han dado un nuevo protagonismo durante la pandemia por COVID-19.

Alrededor del mundo, muchos científicos están haciendo pruebas con diversos fármacos que ya existen en el mercado para combatir la nueva pandemia. Esta es una práctica común de la medicina. A finales de los ochenta, por ejemplo, el primer fármaco que aprobó la Agencia de Medicamentos y Alimentos (FDA) para tratar el VIH fue un retroviral que se utilizaba en pacientes con cáncer. Mientras se trabaja en la creación de una vacuna exclusiva para el coronavirus, la ciencia trata de aprovechar los recursos que ya tiene al alcance y averiguar si alguno puede contenerlo.

Es así como la ivermectina consiguió su nueva fama global el 3 de abril de 2020, cuando un grupo de investigadores del Peter Doherty Institute for Infection and Immunity de la Universidad Monash, en Australia, publicaron un artículo en el que concluían que, tras aplicar ivermectina en células infectadas en un laboratorio con SARS-CoV-2, el fármaco lograba inhibir su replicación en menos de cuarenta y ocho horas.

La ivermectina es una droga antiparasitaria de amplio uso en medicina humana y veterinaria, con dosis definidas para conservar un patrón de tolerancia y seguridad para indicaciones conocidas. 

Además de su acción antiparasitaria, la ivermectina es un potencial inhibidor de la replicación viral del SARS-CoV-2. Sin embargo, la evidencia disponible in vitro sugiere que para alcanzar niveles efectivos de ivermectina se necesitarían importantes aumentos y potencialmente tóxicos de la dosis. 

Incluso dosis de hasta 10 veces mayores que las aprobadas no alcanzarían las concentraciones efectivas in vitro contra el SARS-CoV-2. 

Hasta el momento la evidencia científica en curso que evalúa el uso de ivermectina sola o combinada con otras drogas para la prevención y/o tratamiento de la infección por SARS-Cov2 es de muy baja calidad y no han reportado datos claros de eficacia clínica.

Recientemente resultados preliminares (sin publicación ni revisión de pares) de un estudio realizado en Argentina evidenció que la administración de ivermectina al triple de dosis habitual en 45 pacientes habría producido mayor eliminación del virus en secreciones respiratorias, pero sin correlación con mejoría clínica. Sin embargo, se necesitan más estudios con mayor número de individuos para determinar este parámetro y otros asociados a eficacia clínica y seguridad.

Es importante recordar que la ivermectina no es una droga inocua y aún a dosis terapéuticas puede provocar un número frecuente (>10%) y considerable de efectos secundarios adversos, desde leves a graves.

Siguiendo los lineamientos de ANMAT, la utilización de una medicación en carácter de uso compasivo, solo se encuentra autorizada para pacientes debidamente identificados, lo que excluiría la utilización de la ivermectina en forma masiva como actualmente se pretende. 

Por todo lo anteriormente expresado, y mientras no existan evidencias de mayor calidad, SADI recomienda que no se utilice la ivermectina para el tratamiento y/o profilaxis del SARS-CoV2 al margen de estudios bien diseñados, debidamente registrados, y que sean éticamente aceptables.



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