SALUD: Reconocieron a un oftalmólogo argentino por su aporte al tratamiento del queratocono

Su técnica permitirá una mejor calidad de vida y se podrá controlar la enfermedad. Cómo siguen las pruebas y qué falta para que se apruebe la técnica.

HOGAR, TENDENCIAS Y SALUD28/06/2022

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Algunas personas con queratocono tienen antecedentes familiares de la enfermedad. Zarina Lukash - stock.adobe.com

El queratocono se caracteriza por un adelgazamiento progresivo y una curvatura de la córnea. Los síntomas incluyen visión borrosa y distorsionada. Si bien la causa precisa del queratocono no está clara, se sospecha que ocurre a partir de una combinación de influencias genéticas, ambientales y hormonales.

Se desarrolla con mayor frecuencia en adolescentes y adultos jóvenes y generalmente progresa durante aproximadamente 10 a 20 años antes de estabilizarse”, indica el doctor Roberto Albertazzi (M.N. 54.836), experto en queratocono. En las primeras etapas del queratocono, el error de refracción se puede corregir con anteojos, pero en las etapas avanzadas la visión puede no ser muy clara incluso con su uso.

Durante muchos años el médico que diagnosticaba queratocono mandaba directamente al paciente a usar lentes de contacto, esto provocaba que las personas con queratocono siguieran con estadios avanzados y perdieran un tiempo precioso para nosotros”, señala.

El tratamiento del queratocono se centra en mantener la agudeza visual y detener los cambios en la forma de la córnea. Y en eso, Albertazzi hizo su aporte.

Los anillos intracorneales

Los anillos intracorneales son herramientas biomédicas implantadas en la córnea. Al ser implantados en pacientes con queratocono funcionan al generar un aplanamiento central de la córnea (modifica su geometría), evitando su deformidad. Entre mayor grosor y menor diámetro tengan los anillos, más corrigen el defecto y mantienen la estructura. La técnica con anillos fue propuesta desde el año 1978.

Roberto Albertazzi es médico oftalmólogo. Presidente de la World Keratoconus Society y miembro fundador de la Sociedad Argentina de Cirugía Refractiva, Córnea y Cataratas. Autor de “Queratocono: Pautas para su diagnóstico y tratamiento”, es un especialista de referencia en el país y también en el mundo.

En 2014, patentó una idea con un cambio enorme para los pacientes con esta enfermedad. Su aporte consistió en modificar los anillos intracorneales que ya existen para implantarlos con láser sin provocar ninguna incisión en la córnea, por lo que la cicatrización es más rápida.

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La diferencia entre una córnea normal y otra con queratocono.

El cambio generado ya en siete pacientes es tan prometedor que la instancia, aún por expandir, fue reconocida con el premio “Lord of the Ring” (El señor de los anillos) otorgada por una empresa brasileña que se ocupa de fabricar estos insumos.

Para hacer la técnica usé materiales de una fábrica alemana. Hice la prueba y funcionó”, revela Albertazzi cuyo ingenio será reproducido en insumos modificados según su indicación y en la difusión de la nueva modificación en bibliografías médicas.

No es tarea sencilla cambiar el paradigma de un tratamiento, así que ahora Albertazzi y su equipo están completando los requerimientos necesarios para que estos insumos salgan al mercado. “La investigación debe estar aprobada y publicada”, aclara el médico que espera que lleguen más insumos desde Alemania para seguir con las pruebas.

¿La terapia con anillos es la más adecuada?

La superficie corneal es uno de los tratamientos, son tres en total: el tratamiento de la superficie, el de la estructura y el de la visión. El tratamiento de la superficie dura toda la vida, el tratamiento de la estructura demora minutos y sus resultados muchos años. Después viene el tratamiento de la visión que dura poco tiempo”, repasa el experto.

“Vimos que en el ojo que está inflamado progresa el queratocono, hay que desinflamarlo, hay que mejorarle las blefaritis, hay que mejorarle la superficie, de ahí estabilizar la córnea, ya sea con un injerto, con un anillo o con lo que la córnea necesite, y después hacerlo ver”, resume.

Albertazzi cuenta que las descripciones de la enfermedad datan del 1600, pero que realmente “la estamos aprendiendo a manejar desde los últimos años. No se conoce mucho de la enfermedad porque es de baja incidencia”.

   

Fuente: TN



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